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ANÁLISIS | Harris se prepara para el momento más crítico de su carrera política en el debate con Trump

Sofía Barruti

(CNN) — La alegre campaña de Kamala Harris se verá golpeada este martes por la fuerza contundente de la realidad: un debate con Donald Trump, el enemigo político más amenazante de los tiempos modernos.

La vicepresidenta transformó las elecciones de 2024 después de que el abyecto debate que mostró el presidente Joe Biden contra Trump en CNN en junio lo llevó a poner fin a su intento de reelección. Ella devolvió varios estados clave al campo de batalla electoral y ha hecho que los demócratas sueñen con un sorprendente cambio de rumbo en una carrera que la mayoría pensaba que estaban en camino de perder.

Sin embargo, su éxito en unificar a su partido, presentarse como una voz fresca del cambio generacional y acercarse a un empate técnico con Trump en las encuestas no ha cimentado hasta ahora un camino confiable hacia los 270 votos electorales necesarios para ganar la presidencia. De hecho, si las elecciones fueran este martes, el expresidente, que ya desafió un intento de magnicidio y decenas de cargos penales, aún podría ganar.

Debate presidencial entre Donald Trump y Kamala Harris: hora, reglas del debate y cómo ver

Los debates presidenciales no suelen decidir las elecciones, a pesar del impacto catastrófico del desempeño de Biden. Pero la noche de este martes representa la mejor oportunidad restante para que Harris presente un argumento decisivo que podría frustrar el regreso histórico de Trump.

Su misión en Filadelfia requerirá el uso de habilidades retóricas que a menudo han sido cuestionadas en una vicepresidencia desigual. Si bien ha tenido sus momentos en debates y audiencias del Senado, Harris a veces ha tenido dificultades para articular políticas y respuestas claras bajo presión en situaciones espontáneas. Su disposición a someterse solo a una entrevista importante en los medios desde que se convirtió en la candidata demócrata, en CNN el mes pasado, solo ha elevado el nivel de su desempeño en lo que hasta ahora es el único debate programado con Trump. Y si bien el expresidente ya ha participado en debates presidenciales en tres elecciones distintas, esta será la primera incursión de Harris en el escenario de debates desde su reunión con el exvicepresidente Mike Pence en 2020.

En el escenario se podrá ver un contraste impresionante

En su intento por convertirse en la primera presidenta negra y sudasiática, Harris se enfrentará por primera vez a un rival que hará cualquier cosa por ganar y que tiene un historial de utilizar tropos raciales y de género para obtener beneficios políticos. Trump ha cuestionado su inteligencia y raza como mujer negra y ha amplificado una insinuación sexual sobre ella en las redes sociales. Pero la vicepresidenta parece decidida a no caer en sus trampas. En su entrevista con CNN se negó a abordar la retórica racial de Trump, desestimándola como el “mismo viejo y cansado manual” y agregó: “Siguiente pregunta, por favor”.

Harris tiene mucha menos experiencia política de alto nivel que la candidata demócrata de 2016, Hillary Clinton, o que Biden cuando se enfrentaron a Trump en los debates presidenciales. E incluso algunos miembros de su propio partido no creían que ella fuera la líder demócrata con mayor potencial para una era posterior a Biden.

El presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris se estrechan y levantan las manos después de hablar en el Prince George’s Community College en Largo, Maryland, el 15 de agosto. (Crédito: Brendan Smialowski/AFP/Getty Images)

Pero este martes, Harris tiene la oportunidad de cambiar las percepciones sobre su perspicacia política y marcar un hito en la carrera hacia el 5 de noviembre.

Una campaña que se ha centrado en evitar errores y limitar la exposición pública no planificada de la vicepresidenta se enfrenta a un momento en el que no podrá esconderse en la televisión en horario de máxima audiencia. Y el precio del fracaso es enorme, ya que podría poner a un expresidente autoritario, que intentó subvertir la democracia estadounidense después de las elecciones de 2020, en el camino hacia una nueva presidencia dedicada a la “retribución”. Lo que está en juego para los demócratas se puso de relieve el sábado cuando Trump prometió en una publicación en las redes sociales procesar y encarcelar a funcionarios electorales, oponentes políticos, donantes y otras personas que, según él, habrán “hecho trampa” en las elecciones, al tiempo que hizo aún más acusaciones falsas de que su derrota de 2020 fue el resultado de un fraude electoral.

Cómo podría ganar Harris

Aun así, si Harris puede soportar la presión y hacer frente a los ataques de Trump, el debate le ofrece oportunidades significativas, potencialmente más que las que tiene Trump, a quien ya se le conoce como alguien a quien se ama o se odia.

Un desempeño exitoso este martes por la noche podría sentar las bases para que la vicepresidenta convenza a los votantes indecisos en estados clave de que tiene planes creíbles para mejorar sus vidas. Una encuesta de The New York Times/Siena College publicada este fin de semana insinuó las posibilidades de que ella crezca, y concluyó que el 28% de los posibles votantes quería saber más sobre la vicepresidenta, mientras que solo el 9% pensaba lo mismo del candidato republicano.

Partidarios de la vicepresidenta Kamala Harris sostienen carteles durante un mitin de campaña en el Centro Thomas & Mack de la Universidad de Las Vegas el 10 de agosto, en Las Vegas. (Crédito: Justin Sullivan/Getty Images)

Harris claramente ha estado pensando en cómo ganarse a esos votantes. Por ejemplo, ha mostrado más preocupación por sus desafíos económicos que Biden, cuyas declaraciones defensivas sobre la desigualdad de la recuperación pospandémica se convirtieron en un lastre. Harris ha prometido acabar con lo que ella llama una “especulación con los precios” en los alimentos, dice que quiere ayudar a los compradores de vivienda por primera vez con hasta US$ 25.000 en apoyo para el pago inicial y quiere hacer que el alquiler sea más asequible.

Y en un sentido más amplio, está ofreciendo a los votantes la oportunidad de evitar el caos, la amargura y la turbulencia política que asolaron el primer mandato de Trump y que sus declaraciones cada vez más alocadas sugieren que solo se intensificarán en el segundo.

Haris estará ‘totalmente preparada’

Pero para tener éxito en el debate, la vicepresidente se enfrenta a tres tareas difíciles.

— Ella debe encontrar un equilibrio entre refutar lo que su campaña espera que sea una avalancha de ataques y falsedades de Trump y enfatizar su mensaje. “Creo que él va a mentir y tiene un manual que ha usado en el pasado, ya sea, ya saben, sus ataques al presidente Obama o a Hillary Clinton”, dijo Harris en una entrevista radial en “The Rickey Smiley Morning Show” difundida este lunes. “Lo que pretendo señalar es lo que nosotros –mucha gente– sabemos, y ciertamente, mientras viajo por el país en esta campaña, él tiende a luchar por sí mismo, no por el pueblo estadounidense”.

— Harris también debe neutralizar la contradicción subyacente de su campaña: que se presenta como un agente de cambio y renovación a pesar de ser parte de un Gobierno impopular al que Trump culpa de muchos de los problemas que ella promete solucionar, incluidos los altos precios de los alimentos y la vivienda.

¿Cómo llegan al debate Harris y Trump en las preferencias de voto?

En un desafío relacionado, Harris debe tratar de recuperar terreno frente a Biden en dos cuestiones que los votantes dicen que son las más importantes para ellos y en las que suele ir por detrás de Trump en las encuestas: la gestión de la economía y la inmigración. Trump ha tenido dificultades para presentar argumentos efectivos contra Harris desde que se unió a la carrera, pero en sus mordaces campañas publicitarias, su equipo la ha acusado a ella y a Biden de causar los problemas económicos que afectan a la clase media. Como lo expresó el equipo de Trump en un memorando este lunes: “Como principal animadora de la ‘Bidenomics’, ella necesita convencer a los votantes de que la ‘Bidenomics’ está funcionando a pesar de que todo es significativamente más caro que con el presidente Trump”.

— Harris también tendrá que encontrar una manera de eludir las acusaciones de Trump de que ha cambiado de postura respecto de las políticas que apoyó durante su breve campaña en las primarias demócratas de 2019, incluidas las relacionadas con el fracking y la frontera. En un intento de explicar estos cambios en la entrevista con CNN, Harris le dijo a Dana Bash que, si bien puede haber modificado sus enfoques, sus “valores no han cambiado”. Argumentó, por ejemplo, que ahora creía que era posible luchar contra la crisis climática sin prohibir la práctica ambientalmente dañina del fracking, buscando afinar su posición sobre un tema que podría perjudicarla en el campo de batalla de Pensilvania. Sin embargo, la presunción le permitió a la campaña de Trump argumentar que volvería a su postura original si ganaba el poder.

El expresidente Donald Trump hace un gesto el día de un evento público en La Crosse, Wisconsin, el 29 de agosto. (Crédito: Vicente Albán/Reuters)

El equipo del expresidente no ha hecho ningún intento por ocultar su desdén por las habilidades políticas de Harris y claramente cree que su desempeño se acercará más a sus tropiezos al principio de su vicepresidencia que a su demostración segura, pero predecible, de la convención demócrata. Trump, por ejemplo, insistió la semana pasada: “Voy a dejarla hablar”.

Esa fue una de las retóricas más suaves que el expresidente ha dirigido contra Harris en su intento de aumentar aún más la presión sobre su rival. Pero Anita Dunn, exasesora principal de Biden que ayudó a preparar al presidente para el debate de junio, dijo que la nueva candidata demócrata estaría lista para cualquier cosa que Trump le lance.

“Él dirá cualquier cosa, ese es en realidad el obstáculo, para no caer en esos agujeros de conejo”, dijo Dunn a Erin Burnett de CNN este lunes. “Él dirá cualquier cosa, puede que no tenga sentido; puede que sea totalmente incoherente, pero lo dirá con mucha autoridad. Y por eso, asegurarse de saber cuál es su plan de juego, lo que quiere decir al pueblo estadounidense, es clave”, agregó Dunn.

“Creo que la vicepresidente estará plenamente preparada para hacerlo”.

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