¿Quién se queda con el perro? Cómo la Ciudad de México resolvió un dilema que complicaba muchos divorcios
Por Valeria León, CNN en Español
Después de cuatro años juntos y de haber convivido como pareja, Leslie y David se reencontraron una mañana soleada de sábado al sur de la Ciudad de México. El lugar no fue casualidad: el mismo parque al que, cuando tenían una relación, llevaban a los tres perros que adoptaron juntos.
Al momento de la separación, la disyuntiva fue inevitable y dolorosa: ¿quién se queda con los perros? Esa fue, precisamente, la pregunta que se hizo Leslie Calderón. Finalmente, llegaron a la decisión de que dos de las mascotas vivieran con ella y el tercer perro se fuera con David. Leslie explica que la decisión se basó en el apego afectivo que las mascotas desarrollaron durante los casi cinco años que estuvieron juntos. En este caso, dos de ellos eran mucho más cercanos a ella que a su expareja.
Ambos coinciden en que la separación fue difícil para toda la familia, incluidos los perros.
“Las primeras dos semanas, en la noche, ‘Dijon’ rascaba constantemente la puerta, esperando a Leslie y a los otros dos perros”, recuerda David.
A pesar de todo, Leslie y David lograron separarse de manera armónica. Incluso esa mañana de sábado se reunieron y cómodamente conversaron durante la entrevista. Sin embargo, no todas las historias tienen un desenlace tan amigable. Muchas parejas que comparten mascotas terminan en conflictos legales por ellas.
Ante estos casos cada vez más frecuentes, el Congreso de la Ciudad de México llevó el tema a discusión y lo convirtió en una reforma histórica. Desde agosto de 2025, las mascotas son consideradas dentro de los juicios de divorcio. Es decir, las parejas pueden disputar legalmente la custodia del animal de compañía.
“Me preocupaba el hecho de cómo los perros se iban a sentir en el momento de la separación, porque, al fin y al cabo, éramos como una manada para ellos”, dice Leslie.
De acuerdo con el dictamen aprobado, el juez es quien define con quién se queda la mascota. Para hacerlo, debe considerar una serie de factores:
- El tiempo disponible que cada persona tiene para dedicarle al animal.
- El apego emocional.
- El espacio en el que viviría, que debe ser adecuado, amplio y limpio.
Así lo explicó la diputada del Congreso local Luisa Ledezma, quien señaló que esta iniciativa surgió por la creciente cantidad de parejas que terminan peleando por el animal que compartieron durante su relación.
“Lo que hacen las parejas es tratar de quitarlos, de quitárselos a la otra pareja, como para llevar esto a un tema de extorsión por venganza”, advirtió la diputada. “Antes eran cosas muebles, tal como una computadora o una tele; entonces, realmente no tenían esa protección en la ley.”
La norma aplica para perros, gatos y otras especies como animales silvestres, siempre y cuando cuenten con los permisos correspondientes. El animal de compañía debe quedarse con la persona que pueda encargarse de todas sus necesidades: llevarlo al veterinario, darle una buena alimentación y, sobre todo, dedicarle tiempo para brindarle cuidados y momentos de juego. Si ambas partes cuentan con los recursos necesarios, también se tomarán en cuenta los vínculos afectivos.
Con esta reforma, cambia la manera en que la ley ve a los animales de compañía y que redefine el concepto de familia. Ahora será más sencillo responder a la pregunta: ¿quién se queda con el perro?
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