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California tiene una larga historia de sequías e incendios, pero lo que sucede ahora es un capítulo distinto. Te explicamos por qué

Ángela Reyes

(CNN Español) — No, las sequías y los incendios no son novedad en California. Sin embargo, la situación que ha atravesado el oeste de Estados Unidos durante los últimos tiempos es de una gravedad excepcional y no para de encender alarmas. El cambio climático, por supuesto, está detrás del recrudecimiento de las condiciones. ¿Pero cómo es que interviene específicamente? ¿Y qué otros factores entran en juego? Te lo explicamos.

Las sequías en California son recurrentes, dice el Instituto de Política Pública de California, y explica que el estado tiene el clima más variable de todo Estados Unidos: es común que haya años muy secos y años muy húmedos, mientras que los años con precipitaciones promedio son “raros”.

En todo el oeste, de hecho, las megasequías no son novedad: entre el año 800 y 1600, por ejemplo, ocurrieron de manera repetida según una investigación publicada en febrero en Nature Climate Change que reseña el sistema gubernamental de información sobre sequías.

En California, en las últimas décadas hubo varios episodios de sequías significativas, por ejemplo en 1976-1977, de 1987 a 1992, del 2007 a 2009 y, más recientemente, de 2012 a 2016.

Sin embargo, lo que está sucediendo ahora ha alcanzado otro nivel: según el estudio citado, el período de 2000 a 2021 fue el más seco del oeste de Estados Unidos en más de 1.200 años.

Y el cambio climático, con su aumento sostenido de temperaturas, ha hecho que la megasequía sea un 72% peor, según el estudio.

La megasequía de en el oeste de EE.UU. es la peor en 1.200 años 1:40

Una atmósfera más sedienta

Una de las consecuencias del aumento de las temperaturas, explica el Instituto de Política Pública de California, es la existencia de una atmósfera más “sedienta” que, a través de la evaporación, absorbe más agua de la tierra, resecando los suelos y la vegetación.

“Una atmósfera más sedienta significa que la misma cantidad de precipitaciones deja menos agua para las plantas, los arroyos, los embalses y los acuíferos. Obtenemos menos beneficios de las precipitaciones porque una mayor proporción vuelve a la atmósfera sedienta. Las tormentas más pequeñas, en particular, pueden aportar poco o ningún beneficio hídrico si la atmósfera está sedienta”, explica al respecto el científico del clima Mike Dettinger.

El aire puede absorber un 7% más de agua por cada grado centígrado que se calienta, según información del Observatorio Terrestre de la NASA.

El cambio climático, dice el estudio publicado en Nature Climate Change, es responsable de cerca del 42% del déficit de humedad del suelo en el oeste de Estados Unidos desde el año 2000.

Un barco abandonado en una parte seca del lecho del lago Oroville en Oroville, California, en una imagen de septiembre de 2021. (Foto: EDELSON/AFP via Getty Images)

Menos lluvia

Al aumento de las temperaturas hay que sumarle el descenso de las lluvias.

“Hay buena documentación de que, de hecho, hay menos lluvia. Lo que parece estar pasando de acuerdo a la mayoría de los científicos del clima es que estamos teniendo períodos más secos más largos”, dijo recientemente a CNN David Feldman, profesor de planificación urbana y política pública en la Universidad de California en Irvine, y director de Water UCI, en referencia a la situación que atraviesa el oeste.

Esto, no obstante, no significa que no haya tormentas fuertes. “La ironía es que esos períodos más secos y largos están salpicados de tormentas muy intensas”, dice al respecto Feldman.

El factor nieve

La proporción de las precipitaciones que caen en forma de nieve también disminuyen con el aumento de las temperaturas, dice el Instituto de Política Pública de California.

Y, particularmente en California, el manto de nieve es clave porque representa cerca del 30% de suministro de agua.

“Las ‘sequías de nieve’ dificultan la gestión de los embalses para el suministro de agua y la generación de energía hidroeléctrica”, explica la institución.

Esto es clave, además, porque las reservas de agua y las cuencas subterráneas pueden proteger al estado frente a un año que sea seco, pero es la combinación de años secos más problemas en las reservas lo que genera lo que se define como sequías.

La sequía propicia los incendios (no solo en el corto plazo)

Doce de los 20 incendios más grandes registrados en California tuvieron lugar en los últimos cinco años, reseña el Observatorio Terrestre de NASA con base en los datos estatales, y afirma que quemaron cerca del 4% de la superficie total de California.

Este es apenas uno de los múltiples datos que ilustran la gravedad de los incendios forestales de California, intrínsecamente vinculados con la sequía y el cambio climático.

¿Cómo exactamente? En el corto plazo, la sequía hace que haya incendios más graves al quitarle humedad a los árboles y plantas, haciendo que sea más fácil que se quemen. Pero además, a largo plazo la sequía aumenta la cantidad de madera muerta que queda en el paisaje, lo que también hace crecer la posibilidad de incendios intensos.

¿Serán suficientes las medidas de racionamiento de agua en California? 1:53

Cómo extinguir algunos incendios fomentó otros

La política de extinción de incendios de California, que lleva más de 100 años, ha hecho que “se acumulen en los bosques cantidades excesivas de árboles muertos, hojarasca y maleza seca”, lo que propicia incendios más graves, explica el Observatorio Terrestre de la NASA.

Antes de que, a principios del siglo XX, los bomberos comenzaran a detener los incendios, en el norte de California periódicamente se registraban casos causados por rayo o por la acción de las tribus nativas, explica la NASA. “Esos incendios quemaban periódicamente la superficie y eliminaban la hojarasca, la maleza y los árboles jóvenes, reduciendo así el riesgo de incendios graves”, explica. En otras palabras: los incendios de baja intensidad tenían un cierto efecto positivo en prevenir otros.

“Pero durante la mayor parte de un siglo, hemos seguido una política de supresión total de incendios con pocos incendios prescritos. Eso ha dejado a California con muchas masas forestales anormalmente densas y cubiertos de vegetación”, dijo a la NASA el científico del clima de la Universidad de California Daniel Swain.

Esa sobreabundancia hace que sea más fácil para las llamas subir por los troncos de los árboles y propagarse a través de las copas, dando lugar a incendios más destructivos.

La huella humana

Con el aumento de la población del estado en las últimas décadas, más personas levantaron construcciones en y al borde de las tierras propensas a incendios. Esta realidad tiene un correlato en cifras: en 20 años aumentó en un millón la cantidad de viviendas en la interfaz urbano-silvestre de California.

Esto, explican los científicos citados por la NASA, también es un factor clave para comprender el avance de las llamas.

Más población, por ejemplo, significa más líneas eléctricas, que han provocado varios de los incendios más destructivos del estado.

Una casa se ve envuelta en llamas mientras el incendio Beckwourth Complex arrasa Doyle, California, el 10 de julio de 2021.

¿Se soluciona la sequía con un año de buenas lluvias?

Un año con buena humedad probablemente no pondrá fin a la sequía, dijo por su parte Park Williams, científico climático en la Universidad de California en Los Ángeles.

El experto cree que se van a necesitar varios años de precipitaciones y caída de nieve por encima de la media para cortar con la megasequía.

Con información de Stephanie Elam de CNN

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