Comienzan los testimonios de la defensa en el juicio de un exagente del sheriff acusado de asesinar a un hombre

INDIO, Calif. (KUNA) - Los testimonios de la defensa se extenderán durante toda la próxima semana en el juicio de un exagente del sheriff del condado de Riverside, acusado de asesinar a tiros a un hombre con quien mantenía una disputa porque la víctima había tenido una relación con su entonces novia.

Oscar Rodríguez, de 44 años, está acusado de asesinato en primer grado y de agravar la pena por posesión de arma de fuego y lesiones corporales graves por el asesinato en 2014 de Luis Carlos Morín, de 39 años, residente de Coachella.

La fiscalía concluyó sus alegatos en el juicio de tres semanas el jueves, tras lo cual la defensa citó a su primer testigo, quien testificó ante el juez del Tribunal Superior del Condado de Riverside, Otis Sterling, quien envió al jurado a casa durante el fin de semana. La defensa tiene previsto citar a más testigos a lo largo de la próxima semana, tras lo cual se espera que la fiscalía proceda a presentar su testimonio de refutación en el Centro de Justicia Larson en Indio. Rodríguez está libre bajo fianza de un millón de dólares.

Al momento del tiroteo fatal, el acusado mantenía una relación sentimental con Diana Pérez, madre de los dos hijos de Morin. Ella y el entonces agente se conocieron en el invierno de 2013, cuando él y otros agentes respondieron a llamadas al 911 de ella quejándose de Morin, a quien no quería cerca de su casa. Morin tenía órdenes de arresto vigentes.

"La situación pasó de profesional a poco profesional", declaró el fiscal adjunto de distrito, Jacob Silva.

El fiscal recordó en su declaración inicial ante el jurado el mes pasado cómo Rodríguez salió con Pérez durante 2013, interesándose personalmente en sus continuos conflictos con Morin.

Silva alegó que Rodríguez decidió actuar de forma independiente, ignorando los protocolos policiales, al detener a Morin. La noche del 27 de enero de 2014, el acusado se enteró de que el sospechoso se había reunido con familiares para una celebración de cumpleaños en Palm Desert y que regresaría a la casa de su madre en la cuadra 48-800 de Camino Real en Coachella.

Silva alegó que Rodríguez fue solo al vecindario en una patrulla, estacionó fuera de la vista y puso la casa de María Gómez bajo vigilancia.

"Se negó a seguir las leyes y los procedimientos establecidos", declaró el fiscal. "Ignoró toda su formación. Ignoró conscientemente todos esos procedimientos y directivas".

A las 9:40 p. m., Morin y su madre llegaron a la residencia, y el sospechoso se bajó del coche para indicarle a Gómez que esta se estacionara en reversa en un espacio estrecho. Silva afirmó que Rodríguez se acercó sigilosamente a Morin, pero el sospechoso, alertado, intentó huir. En ese momento, el agente lo detuvo con un golpe de piernas, lo que provocó que ambos cayeran al suelo y Rodríguez quedara de espaldas.

Se escuchó a Gómez gritar: "¡No lo hagas!", según la defensa.

El abogado de Rodríguez, Mark Frederick, declaró al jurado que su cliente infirió que la declaración indicaba que Morin estaba a punto de atacarlo, y abrió fuego temiendo por su vida.

Morin, quien no estaba armado, resultó herido de muerte en el lado izquierdo del pecho y falleció en el lugar. Rodríguez sufrió un hematoma en la espalda, pero por lo demás no resultó herido.

Frederick describió a su cliente como "conmocionado y... asustado" por el encuentro, que no fue grabado en video porque no todos los agentes contaban con cámaras corporales en ese momento.

El abogado dijo que Morin, a quien se refirió como un "delincuente profesional", estaba enojado por la relación entre su exnovia y Rodríguez. Frederick dijo que varios meses antes del tiroteo mortal, Pérez recibió un mensaje de Morin que decía: "Apasionado de la policía... dile que se esfuerce al máximo, porque haga lo que haga, va a perder".

La investigación que se inició tras la muerte de Morin se prolongó durante varios años y culminó en una acusación formal ante el gran jurado en 2017.

La familia de Morin demandó al departamento del sheriff y al condado por homicidio culposo, obteniendo una indemnización de 7 millones de dólares.

Pérez fue acusada junto con Rodríguez, acusada de complicidad en un delito grave. Sin embargo, el cargo en su contra fue desestimado en abril.