Medidas migratorias de Obama, centro del debate electoral a la Casa Blanca
Las bloqueadas medidas migratorias del presidente de EE.UU., Barack Obama, se han convertido en uno de los centros de debate de las elecciones presidenciales de 2016 y prometen levantar ampollas en el Partido Republicano, dividido ante la retrica antiinmigrante del magnate Donald Trump.
“Construir un muro, ser un muro genial. La gente no entrar si no es de forma legal y las drogas no atravesarn ese muro”, volvi a repetir esta semana Trump, lder en las encuestas para la nominacin presidencial republicana y que promete deportar a los 11 millones de indocumentados que viven en EE.UU.
Esas ideas xenfobas -honestas para la ultraderecha- no son nuevas y se inscriben en el discurso del Viejo Gran Partido (como se le conoce en ingls, “Grand Old Party”, GOP), que liga las polticas migratorias con la seguridad nacional y cree que aquellos que infringen la ley para entrar en EE.UU. deben de ser castigados.
Hace no mucho, en la campaa presidencial de las elecciones de 2012, el candidato republicano Mitt Romney ya prometi construir un muro “brillante y con buen hormign” e invit a los indocumentados a la “autodeportacin”.
Fue un esfuerzo por cortejar al votante blanco y ganarse al entonces efervescente Tea Party, el ala ms ultraconservadora del partido, pero Romney perdi frente al presidente Barack Obama, al que respaldaron ms del 70 % de los votantes hispanos.
Desde entonces, la percepcin de que la inmigracin juega un papel clave en las elecciones, especialmente en las presidenciales, no ha hecho ms que crecer.
El 20 % de los votantes inscritos en el registro electoral asegura que solo elegir al candidato que comparta sus ideas sobre inmigracin, mientras que el 60 % afirma que tendr en cuenta las propuestas migratorias de su candidato al introducir su papeleta en la urna, segn datos recientes de la consultora Gallup.
Con la inmigracin como uno de los temas claves de la campaa, el futuro inmediato depende del Tribunal Supremo, que estudia la legalidad de las medidas migratorias que Obama decret en noviembre de 2014 para frenar la deportacin de jvenes indocumentados y personas con hijos estadounidenses.
“Algunos estn luchado en contra de estas acciones. Yo voy a seguir luchando por ellas”, prometi en junio el demcrata Obama, que sigue pidiendo al Congreso, en manos republicanas, que utilice la capacidad nica que le confiere la Constitucin para cambiar las leyes migratorias.
La solucin de Obama es temporal y, por eso, el tiempo se ha convertido en un factor decisivo para el futuro de los 5 millones de personas que se beneficiaran de sus decretos.
Si la mxima instancia judicial del pas acepta el caso y emite una decisin favorable en junio prximo, como se espera, Obama podra comenzar a expedir permisos de trabajo o licencias de conducir, lo que dificultara a su sucesor, elegido en noviembre de 2016, borrar las medidas, si lo decide, cuando asuma el cargo.
La decisin del Alto Tribunal sobre si acepta o no el caso llegar en enero, justo antes de los caucus (asambleas populares) del agrcola estado de Iowa y las primarias de New Hampshire, citas en las que se elige a los primeros delegados que seleccionan a su candidato presidencial en las convenciones nacionales.
Una decisin favorable del Tribunal Supremo podra avivar las brasas del Partido Republicano, que apelando a la seguridad nacional podra presionar para que un candidato fuerte, como Donald Trump, gane la nominacin frente a otros, como Jeb Bush, opuestos a la deportacin masiva de indocumentados.
La eleccin de un candidato con planteamientos radicales, como Trump, dificultara la capacidad del Partido Republicano y podra espantar a los votantes moderados del “establishment” -el grupo que ostenta el poder-, que podran abstenerse o decantarse por Hillary Clinton, si resulta elegida como candidata presidencial demcrata.
El explosivo escenario promete poner encima del tablero uno de los problemas sociopolticos ms complejos de EE.UU., “un pas de inmigrantes”, que regul por primera vez su inmigracin con el Acta de naturalizacin de 1790, que confera la ciudadana solo a las “personas blancas libres” y de “buena moral”.
Desde entonces, la ley ha evolucionado al ritmo que marcaban los tiempos y, ahora, queda por ver cmo los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial definirn la relacin entre EE.UU. y sus inmigrantes indocumentados, que como muchos antes en la Historia cruzaron mares o desiertos por la promesa de una vida mejor.