Arqueólogos encuentran pruebas del fuego más antiguo creado por seres humanos
Por Katie Hunt
Un grupo de arqueólogos encontró en un campo del este de Inglaterra las pruebas más antiguas y decisivas del primer caso conocido de seres humanos que lograron crear y controlar el fuego. Este hallazgo significativo, según los expertos, marca un punto de inflexión dramático en la evolución humana.
En Barnham, Suffolk, el descubrimiento de tierra cocida que formaba un hogar, hachas de sílex destrozadas por el calor y dos fragmentos de pirita —un tipo de piedra utilizada para crear chispas para encender un mechero— indica que los primeros humanos, muy probablemente neandertales, eran capaces de hacer y mantener fuego.
“Se trata de un yacimiento de 400.000 años de antigüedad en el que hemos encontrado las primeras pruebas del uso del fuego, no solo en Gran Bretaña o Europa, sino en todo el mundo”, afirmó Nick Ashton, conservador de las colecciones paleolíticas del Museo Británico, en una rueda de prensa. Ashton es el autor principal de un estudio sobre el yacimiento de Barnham publicado este miércoles en la revista Nature.
“Es el descubrimiento más emocionante de mis 40 años de carrera”, añadió.
Cuándo y dónde los seres humanos comenzaron a hacer fuego deliberadamente y a cocinar alimentos son algunas de las grandes preguntas que durante mucho tiempo han desconcertado a los investigadores del origen del ser humano.
La capacidad de crear fuego habría permitido a los humanos que vivían en Barnham mantenerse calientes, ahuyentar a los animales salvajes y cocinar habitualmente sus alimentos, lo que los habría hecho más nutritivos. Además, poder controlar el fuego podría haber aportado beneficios prácticos, como el desarrollo de adhesivos y otras tecnologías, y habría servido de punto de encuentro para la interacción social, como la narración de historias.
Los artefactos descubiertos en el yacimiento son 350.000 años más antiguos que las pruebas anteriores conocidas sobre la utilización del fuego en el registro arqueológico, que procedían de un yacimiento del norte de Francia. Sin embargo, Ashton señaló que es poco probable que la capacidad de encender fuego surgiera por primera vez en Barnham.
“Creo que muchos de nosotros intuíamos que hace unos 400.000 años se utilizaba el fuego de forma habitual en Europa. Pero no teníamos pruebas”, dijo Ashton.
Determinar cómo y cuándo los seres humanos aprendieron a dominar el fuego por primera vez es un reto para los arqueólogos. Las pruebas del fuego rara vez perduran. Las cenizas y el carbón vegetal pueden desaparecer fácilmente y los sedimentos cocidos pueden erosionarse. También es difícil distinguir entre un incendio natural y uno provocado por el hombre.
Por ejemplo, según el estudio, los artefactos indican la presencia de incendios en yacimientos habitados por seres humanos en Israel, Kenia y Sudáfrica que datan de hace entre 800.000 y más de un millón de años. Sin embargo, es difícil descartar la posibilidad de que se tratara de incendios forestales no provocados por el ser humano.
Los primeros seres humanos probablemente comenzaron a aprovechar el fuego provocado por rayos u otras causas naturales, tal vez conservando las brasas durante un tiempo, pero habría sido un recurso impredecible, según el estudio.
Sin embargo, los hallazgos en Barnham sugieren que sus habitantes eran capaces de encender y utilizar el fuego de forma habitual y deliberada.
El equipo analizó los sedimentos enrojecidos de Barnham y determinó que sus propiedades químicas diferían de las que cabría esperar en un incendio natural. Por ejemplo, la presencia de hidrocarburos sugería temperaturas más altas debido a la combustión concentrada de madera, en lugar de una combustión generalizada en todo el paisaje. La alteración mineral de los sedimentos también sugería combustiones repetidas en el mismo lugar.
Sin embargo, la prueba irrefutable fueron las dos piezas de pirita de hierro, a veces llamada “oro de los tontos”, que se puede utilizar para golpear el pedernal y crear chispas que podrían haber encendido material inflamable, como hongos secos. Este mineral natural no estaba disponible en el entorno inmediato, lo que sugiere que estas personas conocían sus propiedades para encender fuego y lo habían buscado, según informaron los investigadores en el estudio.
Lo que impresiona de esta investigación es la amplia gama de métodos analíticos que se han aplicado al problema, según John McNabb, profesor de arqueología paleolítica del Centro de Arqueología de los Orígenes Humanos de la Universidad de Southampton. Él no participó en el estudio.
“El fuego aporta muchos beneficios. Puede ser una herramienta de defensa. Puede ayudar a que los alimentos sean más nutritivos. Puede alargar el día y hacer que el tiempo de trabajo sea más productivo durante más tiempo. El fuego puede ayudar a unir a las personas en sociedades”, afirmó McNabb por correo electrónico.
“Pero si no lo controlas, sigues estando a merced del paisaje, y todos sus beneficios pueden ser efímeros. Controla el fuego y empezarás a controlar el mundo que te rodea”.
Las hachas de sílex confirman la presencia humana en el yacimiento, aunque no se han encontrado huesos de homínidos en Barnham. El coautor del estudio, Chris Stringer, investigador jefe en evolución humana del Museo de Historia Natural de Londres, afirmó que se sabe que los primeros neandertales vivían a unos 130 km de distancia, en Swanscombe, Kent, en la misma época, lo que los convierte en los candidatos más probables para haber hecho fuego en el yacimiento. Probablemente, llegaron al Reino Unido desde Europa, que en aquella época estaba conectada por un puente terrestre, afirmó.
“Uno de los aspectos interesantes ahora es utilizar las técnicas que han demostrado la fabricación de fuego en Barnham y ver si, al examinar otros yacimientos con más detalle, podemos encontrar lo mismo en otros yacimientos de Gran Bretaña, Europa o incluso más allá”, afirmó Stringer.
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