Análisis de “Resident Evil 4 Remake”: Capcom vuelve a crear otra obra maestra
Sergio Gomez
(CNN Español) — Capcom sigue de dulce. La empresa japonesa desarrolladora y distribuidora de videojuegos está viviendo una época dorada. Título que lanza, título abocado a ser un éxito de crítica, de ventas o de ambos. El remake de “Resident Evil 4” no es una excepción y se coloca como otro indispensable de la franquicia.
El remake presenta una nueva forma de disfrutar una obra clásica de la industria del videojuego. Esta vez, con una versión más oscura y terrorífica (sin llegar al nivel del remake de “Resident Evil 2”), con mejoras jugables respecto al combate y con un excelso acabado gráfico.
Tras lo conseguido con los excelentes remakes de “Resident Evil 2” y “Resident Evil 3”, Capcom vuelve a demostrar que sabe como mimar, pulir y recrear obras de su catálogo. Y, para ejemplo, la brillante primera hora de juego que sigue siendo uno de los mejores comienzos.
La escena inicial del remake de “Resident Evil 4” sigue siendo uno de los mejores comienzos.
La industria del videojuego es más joven que otras en los sectores del entretenimiento y la cultura, pero en su haber hay varias obras que marcaron un antes y un después. La saga “Resident Evil”, desarrollada y distribuida por Capcom, es una de las que ha protagonizado varios de estos hitos. El primero fue el comienzo de la franquicia en 1996 con el lanzamiento del primer título, que popularizó el género del survival horror (Capcom se atribuye el haberlo creado con la misma). El siguiente sería el lanzamiento de “Resident Evil 4” en 2005, obra que influyó sobremanera no solo en el futuro de dicha franquicia sino en toda la industria del videojuego. Era un título que cambiaba las bases de la saga virándola hacia la acción y sentaba un precedente en la industria. Los juegos de acción en tercera persona del futuro beberían mucho de esta obra.
El éxito fue tal que el “Resident Evil 4” original acumula, hasta diciembre de 2022, más de 12,3 millones de copias vendidas entre todas sus versiones, según cifras oficiales de Capcom. Fue la segunda entrega más prolífica a nivel comercial tras “Resident Evil 5”. Tras el éxito de los remakes de la segunda y tercera entrega numerada, todo apuntaba a que la cuarta también recibiría una nueva reimaginación. Y así fue.
La atmósfera de terror es uno de los elementos destacados del remake de “Resident Evil 4”. Captura de pantalla del juego
Pulido y abrillantado
Seamos claros: el “Resident Evil 4” original ya era un título sobresaliente en su época y aún disfrutable en los tiempos de hoy. ¿Era necesario un remake? No, pero el resultado es sobresaliente y ofrece una experiencia en el que la acción y la exploración se disfrutan mucho más. En este remake, Capcom no ha innovado y reimaginado tanto como hizo en el también excelente remake de “Resident Evil 2”, pero sí ha pulido algunos de los aspectos más ásperos de la entrega original, ha mejorado la jugabilidad de acuerdo a los tiempos modernos y le ha otorgado un remodelado gráfico de primer nivel.
La trama sigue siendo la misma y sigue sin ser su fuerte. De nuevo, Leon S. Kennedy, ahora agente del gobierno, es enviado a un pueblo de España para rescatar a Ashley Graham, la hija del presidente de Estados Unidos, que ha sido secuestrada. Al llegar se encuentra que algo extraño pasa con los lugareños. Sin embargo, sí que ha habido un esfuerzo por mejorar el trasfondo de la historia y el desarrollo de personajes como Ashley, Luis Serra o Jack Krauser. Ahora se entienden mejor, y se les da más peso, a las motivaciones de cada personaje y se han eliminado los momentos sexistas con respecto a Ashley. Por el camino también se ha perdido algo de ese toque de Serie B que tenía originalmente, aunque mantiene aún los momentos que esbozan sonrisas, desde escuchar los míticos “detrás de ti, imbécil” o el “¿A dónde fue todo el mundo? ¿Al bingo?”.
El remake de “Resident Evil 4” pone sus cartas sobre la mesa desde el primer momento, en esa primera hora legendaria que expone al jugador ante lo que se encontrará durante el resto de la aventura: una atmósfera opresiva y sucia, cantidades ingentes de enemigos y mucha acción. Las señas de identidad siguen presentes, pero el título se atreve a incorporar más momentos de terror que en el original.
Hay diversos pasajes que ganan peso gracias al acabado visual y la magnífica iluminación que Capcom ha logrado crear. Así, encontramos momentos de máxima oscuridad en el que solo la linterna podrá guiarnos ante una tensión constante por no saber qué hay en las sombras. Y el acabado gráfico es tan impresionante que la inmersión es máxima en esos momentos.
La oscuridad y la iluminación crean momentos de puro terror en “Resident Evil 4”. Captura de pantalla del juego
El combate se refina mucho más que en el original, pero mantiene la seña de identidad de esa cámara al hombro al apuntar que impide ver quién está por detrás de Leon, provocando así una tensión constante en los enfrentamientos ante hordas de enemigos que pueden llegar por diversos caminos. Sigue presente la variedad de armas y la creación de municiones, pero se incorporan un par de novedades: parry con el cuchillo y sigilo. La posibilidad de desviar ataques enemigos suma una variable interesante ante ciertos enemigos (y concretamente ante algún jefe) y el sigilo, aunque básico y prescindible, posibilita despejar algunas zonas antes de grandes enfrentamientos. Incluso, el momento de juego con Ashley se ha visto mejorado como una sección más acorde a la personalidad y al desarrollo del personaje.
Las localizaciones, especialmente el pueblo y el castillo, vuelven a ser de lo mejor del juego, con un diseño artístico y técnico encomiable. Cada rincón está lleno de detalles y muchas estancias permitirán encontrar documentos clave para entender más de la historia o tesoros con los que comerciar con el buhonero. Y es que el famoso mercader está de vuelta, esta vez con encargos adicionales poco inspirados pero que permiten exprimir más los escenarios y conseguir recompensas especiales.
Una fórmula para el éxito
El remake de “Resident Evil 4” es una obra que no falla en su estructura. Expone al jugador a un equilibrio entre momentos de acción desenfrenada, exploración, tensión, un pequeño remanso de paz al encontrar al buhonero, una secuencia cinemática… El formato funciona y todo luce y se juega tan bien que es difícil negarse a seguir hasta la siguiente máquina de escribir. La fórmula está clara.
Los mejores momentos del juego ocurren especialmente en el pueblo y en el castillo, especialmente en los combates contra algunos jefes y oleadas y en los momentos de exploración que nos dejan totalmente a oscuras. El tramo final del juego, la isla, funciona, pero sigue siendo un festival de excesos. Esto ya es algo marca de la casa y parece un tópico que se dice sobre todos los juegos de la saga. También es reseñable que el juego no ha incluido la parte jugable de Ada Wong, “Separate Ways”, lo que omite ciertas partes de la historia y algo que previsiblemente podría llegar como futuro contenido adicional vía DLC.
El castillo es uno de los escenarios mejores diseñados del remake de “Resident Evil 4”
Con el remake de “Resident Evil 2”, Capcom ya demostró que era capaz de crear reimaginaciones sobresalientes aportando cosas nuevas. Quizás ese fue más brillante por esa capacidad de obligar al jugador a gestionar el inventario ante una menor cantidad de munición, la adición de Mr. X, el terror tan constante y unos puzles algo más inspirados. El de “Resident Evil 3” fue más continuista y menos inspirado, resultado también de ser un título más pequeño en dimensiones, pero con “Resident Evil 4”, Capcom confirma que sabe lo que está haciendo y que tiene ante sí la posibilidad de volver a relanzar entregas. Que sean necesarias o no es tema de debate, pero lo que es incuestionable es que, mientras ha seguido desarrollando la franquicia con sendos triunfos como la séptima y la octava entrega, ha encontrado una fórmula de éxito con las viejas glorias.
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